domingo, 11 de marzo de 2012

ARRUGAS Hace unos años mi vida nocturna podríamos decir que era bastante más intensa que la diurna. Sí, iba a clase, trabajaba y veía la luz del sol, pero casi siempre con ojeras y oliendo a cerveza rancia. El mes pasado he cumplido 28 y veo esos años de autodestrucción y locura lejanos como la cumbre de una montaña tras una nube otoñal (guau, se nota que he vuelto a leer Murakami últimamente) Uno de los recuerdos que sé que no se desvanecerán (a menos que, como a mi madre, me dé de aquí a un tiempo la fiebre del bótox) es una cicatriz en mi ojo derecho. Aquella noche estaba borracha, pero no tanto. Estaba colocada, pero no tanto. Sin duda siempre va a haber alguien más borracho, más colocado y más loco que tú. El caso es que ahí estaba yo sentada, rodeada de gente, en mi antro infernal favorito, cuando un amigo-de-amigo se tiró en plancha sobre mí y juntos nos precipitamos al vacío, aterrizando la cara de una servidora en el duro, frío y pegajoso suelo de mi antro infernal favorito. En ese momento me reí y seguí dándole a lo mío, pero a la mañana siguiente (ah, cruel mañana siguiente) mi ojo derecho, normalmente verde su iris y color carne lo demás, era un despropósito amarillo-púrpura-verdoso que hasta era bonito verlo, con un corte profundo y muy molesto donde en menos de una década tendré patas de gallo. Esa misma mañana tuve que ir a trabajar, pero me pareció más digno decirles a mis colegas que tuve un pequeño accidente de coche antes que intentar hilar los retazos de una noche más en en ese caos post-adolescente que era mi vida en aquel entonces. Por lo tanto desde los 23 tengo una arruga (en realidad la cicatriz del corte) que asoma al reír, al llorar y que me recuerda que durante unos años fui inmortal.

1 comentario:

Verito dijo...

Increible... Hace años yo publicaba en un blog, yavero.blogspot.com, y empeze en ese tiempo a leerte, ahora retome las publicaciones pero en otro( desde el cual te escribo) y de pronto recorde nose como, de la nada el nombre de tu blog y quise saber si aun estaba, y me encuencuentro con esto y una mirada hacia el pasado...
Yo tambien tengo cicatrices pero de niña, a mis 22 años aun no tengo una herida de guerra inmortal ( aunque me la creo) jaja
Un abrazo!